Comunicado de FeSMC UGT de las 29 movilizaciones, frente a las sedes de los principales clientes, del sector de Seguridad Privada en todo el territorio Nacional
UGT ha culpabilizado de la situación de los vigilantes de seguridad tanto a empresas, clientes y administración por fomentar un sector basado en el bajo precio de adjudicación que somete a las personas trabajadoras a condiciones laborales basadas en la precariedad.
UGT en declaraciones realizadas a distintos medios de comunicación durante las movilizaciones ha insistido en la necesidad en cuanto a que las empresas de seguridad no sigan cargando su nefasta política comercial sobre los salarios de las personas trabajadoras. La propuesta sindical que está encima de la mesa recoge un incremento salarial para los próximos cuatro años de un 16% en todos sus conceptos así como una cláusula de salvaguarda contra la inflación petición totalmente razonable para que los vigilantes no sean los paganos de una inflación que no han generado ellos. Mientras tanto las empresas de seguridad continúan escondidas en los argumentos de CEOE para no subir los salarios.
Otro de los temas planteados desde UGT es la petición de una mesa de trabajo para la anticipación al cambio. Una situación que el Sindicato ya viene abordando en Europa y que debe marcar el camino hacia los cambios derivados de la era tecnológica. La adaptación a las nuevas tecnologías según indica UGT debe realizarse desde la firmeza del empleo y las condiciones laborales, la Patronal nos intentara cambiar en los próximos años por robots y sistemas tecnológicos, Para UGT no es el camino y por ello es imprescindible actuar con tiempo suficiente.
Es cierto que sectores como el Transporte de Fondo en España están reconvirtiendo sus clientes e incluso pueden verse afectados por la disminución del efectivo, pero esa reconversión debe realizarse desde elementos vinculados a jubilaciones anticipadas, salidas voluntarias incentivadas, creación de nuevas categorías unida a una adecuada formación entre otros aspectos, no al planteamiento de la Patronal vinculado únicamente a la pérdida total de garantías laborales y empleo.
Los grandes clientes públicos y privados en complicidad con las empresas del sector han generado un marco de seguridad privada en nuestro país direccionado al bajo precio en la adjudicación de servicios, un modelo que debe girar hacia la calidad de los servicios y en mejorar las condiciones sociales y laborales para las personas trabajadoras que además actúan en la protección de edificios de relevancia en el conjunto del país y en contacto con la ciudadanía.
UGT también ha incidido en que la seguridad privada más allá de la vigilancia de instalaciones juega un papel fundamental en el diseño de tecnologías para garantizar la protección de lugares estratégicos de nuestro país, teniendo las empresas al personal encargado de dicha situación en el olvido. La seguridad privada también se encarga del trasporte de explosivos en condiciones legales y laborales pésimas, realiza vigilancia discontinua con jornadas más allá de las doce horas diarias y todo ello ante la pasividad del Ministerio de Interior y las distintas autonomías que tienen encargadas por Ley la competencia directa sobre el sector.
Según UGT todas estas situaciones deben abordarse en una mesa especifica de regulación sectorial así como de anticipación al cambio, Es necesario que la seguridad privada responda con garantías a los estándares de calidad que son vitales para la protección de instalaciones y para la ciudadanía que concurre diariamente en las mismas. También el Gobierno es responsable de no abordar esta situación en la tramitación de un Reglamento que sigue sin ver la luz y que contribuye entre otros aspectos, al que el personal de seguridad privada no cuente con ningún tipo de garantía jurídica ni autoprotección en sus jornadas de trabajo, donde diariamente sufre constantes agresiones ante la complacencia de empresas, administración y clientes.
En defintiva según UGT un necesario cambio de modelo en la seguridad privada que también pasa por subir los salarios en esta negociación colectiva y no pasa porque las empresas, clientes y administración continúen con un negocio basado en precarizar las condiciones de un colectivo de más de cien mil personas trabajadoras en nuestro país.